Como si hubiera sido poco el cometer los mismos
pecados de Jeroboán hijo de Nabat, también se casó con Jezabel hija de Et Baal,
rey de los sidonios, y se dedicó a servir a Baal y a adorarlo. 1 Reyes 16:31.
Entre las peores mujeres de la historia bíblica,
Jezabel gana un premio.
Creo que, entre todos los errores que Acab cometió,
casarse con Jezabel fue el peor.
Quizá falte mucho para ese momento, pero la persona
que elijas para que sea tu compañera o tu compañero se puede transformar en tu
mejor elección… o en la peor. Entre los varios aspectos que debes analizar, no
olvides tener muy en claro a quién sirve y a quién adora.
Jezabel era la hija de un rey, que también era
sacerdote de Baal. Et Baal, el nombre de su padre, no solo lo identifica, sino
también incluye en su propio nombre el de la deidad pagana. Esa fue la
influencia que recibió. Vivió lejos de Jehová y lejos de las enseñanzas de la
Palabra de Dios. Lejos de todos los valores religiosos que el pueblo de Dios
debería observar y respetar.
Si a esta situación familiar, educativa, le sumamos
un carácter fuerte con viviendo con el pusilánime (miedoso, cobarde y timorato)
Acab, la situación está armada para que ella domine la historia del reino en
esos años.
Esta mujer es dueña de una larga cadena de errores
y hechos vergonzosos, que fueron marcando su vida y su reinado. Quizás, entre
todos, el mayor de sus problemas fue haber tomado el poder y haberlo usado, sin
la más mínima piedad, en favor propio. Recuerda que para actuar así no necesitas
llegar a ser rey de nada; apenas tener un “poquito” es suficiente para que se
vea tu verdadera identidad.
Por favor, ¡ora para que Dios te guíe en todas las
circunstancias de tu vida!
Elías profetizó la muerte violenta de la reina
Jezabel. Acab murió once años antes que ella. Durante ese periodo, ella fue la
“reina madre”, continuando con su poder -casi- total. Imagino que varios días
debió haberse levantado pensando que la profecía de Elías no se iba a cumplir,
quizás entendiendo que el Dios de Israel no tenía tanto poder.
Incluso, el día de su muerte, ella no estaba
preocupada: Jehú, el militar, la encontrará en su palacio, mirando por una
ventana.
Recuerda: la justicia divina puede demorar, pero
nunca fallará.
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