Pero Josaba, que era hija del rey
Joram y hermana de Ocozías, raptó a Joás hijo de Ocozías cuando los príncipes
estaban a punto de ser asesinados. Metiéndolo en un dormitorio con su nodriza,
logró esconderlo de Atalía, de modo que no lo mataron. 2 Reyes 11:2.
Todos los errores de tu familia y
de tus antepasados sumados no son razones suficientes para que tú tengas que
pecar. Por más nefasto que haya sido el ejemplo que recibiste, no es motivo
suficiente para que te tengas que equivocar en tus decisiones.
Cuando Josaba, hermana del pagano
rey Ocozías y nieta de la terrible Atalía, observó lo que su abuela estaba
haciendo, no dudó en enfrentarla; no físicamente, tampoco buscando discutir con
ella la situación; sino actuando de manera rápida, pero inteligente y
cuidadosa.
Por lo que el relato bíblico
presenta, Atalía ordenó la muerte de todos los posibles herederos al trono. Las
mujeres no formaban parte de esa cadena de sucesión real, por lo que Josaba
podía “dormir tranquila”. El problema no era con ella.
La filosofía del “no te metas” es
una plaga que se extiende por nuestra existencia, y nos deja en un estado de
parálisis tal que somos capaces de observar –casi impávidos– las peores
injusticias. Creemos que la vida pasa por al lado, pero en realidad Dios nos
pide un compromiso vital con la justicia. Si tu hermano tiene hambre, la idea
es darle un pedazo de pan. Si tiene frío, abrigarlo. Si está enfermo,
visitarlo. Dios no se conforma con menos.
Josaba reacciona rápidamente:
salva al niño cuando estaba a punto de ser asesinado; pero lo hace con
inteligencia. Lleva al pequeño al Templo, lugar que ella sabe que no será
visitado por Atalía; pero lo deja con su nodriza, la persona que más
tranquilidad y confianza le podría ofrecer al pequeño en un momento tan extraño
y de tantos cambios en su corta existencia.
La Biblia no hablará más de la
tía del rey Joás, pero ella es la heroína que nos enseña a tomar decisiones
importantes (salvar la vida a un niño) con inteligencia (escondiéndolo en el
Templo), pero sin perder la ternura (dejándolo en compañía de su nodriza).
Hoy será un día de decisiones
para ti. No sé cuán difíciles ni cuán importantes serán. Eso sí, recuerda
tomarlas con el mismo espíritu de Josaba.
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