jueves, 9 de octubre de 2014

Jueves 9 de octubre – Joel

Ésta es la palabra del Señor, que vino a Joel hijo de Petuel. Joel 1:1.

De la vida del profeta Joel no sabemos nada. El nombre del padre, Petuel, tampoco es una información definitiva para organizar su biografía.
Como ves, Dios no precisa de un árbol genealógico conocido, enorme y lleno de famosos, para usarte; el más humilde y anónimo hijo que se anima a entregarse es instrumento útil en las manos del Todopoderoso.
No es tu familia, ni tu historia ni tu conocimiento lo que determina la diferencia.
Es tu entrega, tu fidelidad y tu compromiso para con la Palabra de Dios lo que te hace distinto. Recuerda que es mucho mejor ser un anónimo salvo que un famoso perdido.
El profeta Joel presenta, en su breve libro, además de la famosa profecía del Espíritu siendo derramado sobre jóvenes y ancianos, dos pasajes que me parecen importantes para nuestro crecimiento espiritual.
En el capítulo 2, los versículos 12 y 13, dice: “Ahora bien -afirma el Señor-, vuélvanse a mí de todo corazón, con ayuno, llantos y lamentos. Rásguense el corazón, y no las vestiduras. Vuélvanse al Señor su Dios, porque él es bondadoso y compasivo, lento para la ira y lleno de amor, cambia de parecer y no castiga”.
Cuando Dios habla de arrepentimiento, no se conforma con medias tintas ni con rituales vacíos. En el razonamiento divino, la conversión, “de todo corazón”, tiene que ser el natural resultado del reconocimiento del error. Un acercamiento timorato y parcial es lo mismo que la nada.
El profeta Joel te explica que los ritos vacíos no tienen valor a los ojos de Dios. Siguiendo las costumbres culturales de la época, dirá que se debe rasgar el corazón, no solo las vestiduras. No te conformes con actitudes externas, vacías, para intentar demostrar tu cambio interno. El proceso es al contrario.
Cuando te arrepientes, cuando profunda y genuinamente buscas el perdón divino, las bendiciones que el Cielo tiene preparadas para ti comienzan a ser derramadas de una manera impresionante. Por eso, el profeta dirá: después de esto, después del día del arrepentimiento y del perdón, Dios derramará su Espíritu sobre sus hijos. En el Pentecostés ocurrió;, en tu vida también puede ocurrir.

¿Quieres ser parte de aquel grupo bendito que recibirá la lluvia tardía del Espíritu Santo? El profeta Joel te marcó el camino. ¡Recórrelo!

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