viernes, 27 de junio de 2014

Viernes 27 de junio – Simei

Simei le decía al rey: “¡Largo de aquí! ¡Asesino! ¡Canalla! El Señor te está dando tu merecido por haber masacrado a la familia de Saúl para reinar en su lugar. Por eso el Señor le ha entregado el reino a tu hijo Absalón. Has caído en desgracia, porque eres un asesino”. 2 Samuel 16:7, 8.

Además de ser una enorme mentira, es dicha de una manera mala, y en un momento pésimo para escucharla. Simei aparece en el destierro del rey David para insultarlo a los gritos. En el peor momento, complica aún más la situación. ¿Conoces a alguien que tiene ese “don”? Espero que no seas tú. Pero, hay mucha gente que tiene la “suavidad” y la “ubicación” de Simei para decir sus verdades; por más que sean mentiras.
Lo primero que llama la atención es que Simei lo llama asesino y canalla. Podemos aceptar que el rey David se portó de esas maneras en algunos momentos de su vida, por ejemplo, en la historia de Urías el heteo, el esposo de Betsabé. Pero, el problema es que Simei está mal informado, puesto que lo acusa de haberse comportado así en relación con la familia de Saúl; cuando la historia marca que David fue profundamente misericordioso con los descendientes de su antecesor. La historia de Mefi-boset es un claro ejemplo de esto.
Una verdad manchada por una mentira, deja de ser verdad. Tú serías capaz de beber un gran vaso de agua pura. Pero, si al mismo vaso le agregamos una pequeña cucharada de líquido de la cloaca, dejarías de beberlo, ¿verdad?
El problema está en que cuando encontramos “nuestras verdades”, no conseguimos ver nada más allá de ella misma. Nuestro límite se marca en lo que nos parece a nosotros.
No hay nada que David diga o haga que pudiera convencer a Simei de que está equivocado. De la misma manera, muchas veces, nosotros quedamos atrapados, sin movimientos, frente a los comentarios malvados y las opiniones sin fundamento que algunas personas nos ofrecen.

Luego de leer la historia de David y de Simei, me quedé pensando en Cristo, cuando fue a la cruz. Parecería que lo que corresponde es dejar que el tiempo marque la verdad sobre cada aspecto de nuestras vidas. Sé que es muy difícil, pero la fuerza viene de lo alto. Pídela.

No hay comentarios:

Publicar un comentario