Simei le decía
al rey: “¡Largo de aquí! ¡Asesino! ¡Canalla! El Señor te está dando tu merecido
por haber masacrado a la familia de Saúl para reinar en su lugar. Por eso el
Señor le ha entregado el reino a tu hijo Absalón. Has caído en desgracia,
porque eres un asesino”. 2 Samuel 16:7, 8.
Además de ser
una enorme mentira, es dicha de una manera mala, y en un momento pésimo para
escucharla. Simei aparece en el destierro del rey David para insultarlo a los
gritos. En el peor momento, complica aún más la situación. ¿Conoces a alguien
que tiene ese “don”? Espero que no seas tú. Pero, hay mucha gente que tiene la
“suavidad” y la “ubicación” de Simei para decir sus verdades; por más que sean
mentiras.
Lo primero que
llama la atención es que Simei lo llama asesino y canalla. Podemos aceptar que
el rey David se portó de esas maneras en algunos momentos de su vida, por
ejemplo, en la historia de Urías el heteo, el esposo de Betsabé. Pero, el
problema es que Simei está mal informado, puesto que lo acusa de haberse
comportado así en relación con la familia de Saúl; cuando la historia marca que
David fue profundamente misericordioso con los descendientes de su antecesor.
La historia de Mefi-boset es un claro ejemplo de esto.
Una verdad
manchada por una mentira, deja de ser verdad. Tú serías capaz de beber un gran
vaso de agua pura. Pero, si al mismo vaso le agregamos una pequeña cucharada de
líquido de la cloaca, dejarías de beberlo, ¿verdad?
El problema
está en que cuando encontramos “nuestras verdades”, no conseguimos ver nada más
allá de ella misma. Nuestro límite se marca en lo que nos parece a nosotros.
No hay nada
que David diga o haga que pudiera convencer a Simei de que está equivocado. De
la misma manera, muchas veces, nosotros quedamos atrapados, sin movimientos,
frente a los comentarios malvados y las opiniones sin fundamento que algunas
personas nos ofrecen.
Luego de leer
la historia de David y de Simei, me quedé pensando en Cristo, cuando fue a la
cruz. Parecería que lo que corresponde es dejar que el tiempo marque la verdad
sobre cada aspecto de nuestras vidas. Sé que es muy difícil, pero la fuerza
viene de lo alto. Pídela.
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